En el pasado, cualquier innovación tecnológica tardaba años o incluso décadas para afectar nuestro modo de vida. El teléfono tardó decenas de años para llegar a una buena cantidad de hogares e incluso la televisión, cuando fue lanzada no alcanzaba algunos cientos de aparatos de propietarios orgullosos.
Esta lentitud para que la tecnología llame a las masas favorecía el proceso de su aceptación, pues los dos procesos ocurrían a la misma velocidad. Hoy es diferente. Las innovaciones tecnológicas ocurren a una velocidad mucho mayor que su aceptación y esto causa algunos problemas.
Ya a principios del siglo pasado lo vimos cuando un juez de Estados Unidos negó un proceso mecanografiado en la recién inventada máquina de escribir, exigiendo que el mismo se entregaría manuscrito. Hoy, con el avance muy rápido de los medios, vemos que esa lentitud de ciertos sectores en aceptar las innovaciones no está totalmente eliminada.
En una discusión que levantamos en nuestro sitio, vimos que muchos profesores de escuelas de todos los niveles, incluso algunas de renombre, se negaban a aceptar en sus TCCs(Trabajo de conclusión de curso) informaciones que fueran obtenidas en Internet, incluso cuando el documento citado, disponible en internet fuera la copia fiel de un libro tradicional o un documento firmado por un autor confiable.
Internet no era fuente de información para estos profesores. ¿Qué decir entonces de los nuevos medios, como los libros electrónicos que van a hacer que las publicaciones en papel tan superadas como hoy son los papiros y los pergaminos. No pueden ser citados en TCCs documentos en papel, sólo en papiros o pergaminos, podrían argumentar algunos maestros de mentalidad más antigua ...
El hecho es que hay que aceptar las nuevas tecnologías con más rapidez. Los E-books y la información obtenida en Internet son confiables porque Internet es simplemente el cartero. La carta es que debe ser analizada como fuente de información y no el cartero, y la carta tiene autor ... Por supuesto, en ese proceso también estamos absolutamente en contra de copiar y pegar.
Los documentos obtenidos en internet deben ser analizados y sus textos citados, pero las explicaciones continúan como siempre, hechas del propio puño (no manuscritas), pero digitadas por el propio autor del trabajo. Algo a pensar que la declaración de un importante jurista hace algún tiempo sobre la adopción de la videoconferencia en el testimonio de presos, de que "las nuevas tecnologías tardan por lo menos 8 años para ser aceptadas en nuestro medio", no se vuelvan una regla que perjudique el progreso.
