Recientemente, noticias en los periódicos y otros medios anunciaron una "lluvia de meteoros" que se podría ver en determinados días y en determinados horarios de la madrugada. No fueron pocos que quedaron despiertos hasta tarde y acabaron por no visualizar nada. Hoy en día tenemos un serio problema que afecta a los observadores de las estrellas y los astrónomos aficionados que viven en grandes ciudades o incluso cerca de ellas.
La luz de la ciudad impide que veamos más que unas pocas estrellas brillantes en el cielo nocturno. Si, muy pocas, pues aquí en Guarulhos es rara la noche que conseguimos ver las cuatro estrellas que forman el Cruzeiro do Sul y lo que no decir de la entrometida, aquella estrellita que rompe la armonía de la cruz de la constelación, la quinta estrella de la cruz. No vemos nada y eso hace que la belleza del cielo con que los miles o millones de estrellas de la Vía Láctea sólo puedan ser vistas en lugares muy alejados oscuros. ¿Cómo enseñar astronomía estando en una ciudad con sus luces? Este es un problema que tiene como única salida el uso del planetario, pero no es la solución ideal. Estamos huyendo una vez más de lo natural. Hay un movimiento mundial que trabaja para modificar un poco el modo en que las grandes ciudades son iluminadas, dirigiendo los focos de las lámparas hacia abajo de modo que no perjudiquen la observación del cielo, pero los resultados han sido mínimos. La NASA posee un grupo de trabajo que se preocupa por la contaminación luminosa en http://www.somewhereville.com/?p=717. Llegará el día en que ya no ver las estrellas y cuando se pregunte a un niño que vive en una casa "¿has visto una estrella de verdad?", podremos tener una respuesta preocupante: "no, veo sólo en el ordenador, en el celular y en la televisión" Exactamente como ocurre hoy con muchos niños que sólo vieron un pollo o un pato en el zoológico o en un eventual viaje a una granja ...
Imagen: luz artificial emitida por varias regiones de la tierra en la página siguiente
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