Muchos fenómenos que no eran aceptados por la ciencia convencional se están estudiando actualmente en laboratorios de grandes universidades y centros de investigación, pues los nuevos descubrimientos de la ciencia y los avances de la tecnología están mostrando que no tienen nada de paranormal, como antes clasificados.
En parte muchos avances están ocurriendo por los nuevos descubrimientos de la física cuántica que, dejando de ser sólo materia de experimentos en laboratorio, comienza a encontrar aplicaciones prácticas y tener muchos de sus fenómenos asociados también a seres vivos.
Uno de los descubrimientos más intrigantes que podemos citar es la existencia de estructuras muy pequeñas (nano-estructuras) en nuestros cerebros que, según los investigadores pueden hacer la denominada computación cuántica.
Para quien no sabe, la computación cuántica utiliza una propiedad de los electrones, que es el spin para almacenar bits. Los bits 1 y 0 se pueden asociar a los spins +1/2 y -1/2 de los electrones y con ello se utilizan como en los ordenadores para realizar operaciones binarias.
Tal vez eso explique el hecho de que la cantidad de neuronas que tenemos en nuestro cerebro es insuficiente para explicar nuestra enorme capacidad de procesamiento. Nos habríamos ayudado una computación adicional que nos ayudaría a aumentar la capacidad del cerebro. Según los investigadores, estas estructuras estarían justamente en las sinapsis de las neuronas de nuestro cerebro.
Pero, esto abre una situación aún más interesante para los investigadores que es la propia naturaleza del electrón según la física cuántica.
Antiguamente, por la física tradicional asociábamos al electrón una forma redonda y él giraba. Los electrones eran "bolitas" que giraban alrededor del átomo y podían tener rotaciones en un sentido o en otro o sea "spins" de dos tipos. La propia palabra spin significa "rotación" en inglés.
Pues bien, según la física cuántica, el electrón no es una bolita, sino una ola. Más que eso, una onda de probabilidad.
De esta forma no podemos decir que un electrón está en un determinado lugar girando (la propia palabra girar puede tener otro significado en el caso) alrededor del átomo, pero sí que tiene una gran probabilidad de que en un determinado instante en un determinado lugar. Es el famoso principio de la incertidumbre de Heisenberg.
Pero, yendo más allá, se verifica que los electrones en determinadas condiciones pueden comunicarse entre sí a través de otras dimensiones que no sean las 3 que conocemos en nuestro universo, y con ello pueden interrelacionarse con otros que estarían en cualquier parte del universo .
En el caso de que un electrón pueda hacer la computación cuántica en nuestro cerebro y al mismo tiempo estar al mismo tiempo en cualquier parte del universo y comunicarse con otros electrones.
¿Podría eso explicar no sólo las capacidades que tenemos, sino también muchas cosas que no sería antes aceptada por la ciencia tradicional, un fenómeno paranormal como la premonición, la telepatía y mucho más?
Es algo para pensar.
Si bien el desconocimiento de lo que realmente es la física cuántica ha llevado a muchos aprovechados a inventar cosas que no tienen fundamento científico (*), el estudio serio de esta ciencia y sus relaciones que nuestra mente y cuerpo puede llevar a resultados muy interesantes. Necesita ser estudiado;