En un mundo en el que las innovaciones tecnológicas ocurren cada vez, a un ritmo que cada vez más no logramos acompañar, la adaptación de las personas comunes a todo lo que aparece no es fácil.
Vemos cada vez más personas quedarse atrás. Este mundo, quedando difícil para ellas hasta la simple convivencia. Son ancianos que necesitan ayuda para poder sacar dinero en una caja rápida, o hacer simples operaciones que requieren la ayuda de una máquina e incluso utilizar el celular. Incluso las personas de mediana edad ya tienen dificultades para utilizar algunos recursos de mayor tecnología en sus coches, en el móvil o incluso en una operación que requiere la intervención de una máquina.
Cada vez más, un grupo considerable de personas está arriesgado a ser excluido de nuestra sociedad tecnológica precisamente por no poder acompañar las innovaciones. En los mismos, a pesar de la edad, estamos siempre atentos a las novedades y tratamos no sólo de enterarnos sobre su funcionamiento y utilizarlas tanto por necesidad, o por simple curiosidad.
No podemos, sin embargo, asimilar todo ya menudo necesitamos pedir socorro, ya sea para obtener una simple información faltante como para mostrarnos un procedimiento. Nos imaginamos si eso ocurre con nosotros que estamos inmersos en el mundo de la tecnología, que no decir de aquellos que están al margen.
En breve corremos el riesgo de tener una parte significativa de la sociedad excluida de la tecnología y por lo tanto de todos los beneficios que ella trae, justamente porque esta parte de nuestro mundo no puede acompañar el ritmo con que las innovaciones aparecen. Es hora de pensar en este mundo excluido, creando un mecanismo que facilite su integración. Algunos pasos han sido dados, y hemos tomado con ellos, como los teléfonos móviles con iconos y teclas grandes para los ancianos.
La inteligencia artificial, sin duda, será algo que va a ayudar mucho. La gente no necesitará conocer las funciones de una máquina, pues podrán conversar con ella y pedir lo que desean. Será una forma de integración de una vasta del mundo que todavía está fuera de la tecnología. Esta parte ciertamente quedará fuera, pero tendrá un auxiliar directamente integrado a ella, su propio celular que en esta convergencia constate con el ser humano pasar a ser su "órgano tecnológico" de integración con el mundo moderno. Ya estamos caminando para eso con los cobots, los robots colaborativos y los chatbots de que ya tratamos en diversos de nuestros artículos.
Incluso los que están fuera del mundo tecnológico, cada vez más estarán integrados a ellos a través de recursos auxiliares. Y el paso siguiente será la propia integración de esos recursos a nuestro propio cuerpo a través de chips implantables.