Ya en 1918 la observación de cargas eléctricas en los automóviles era algo que llamaba la atención. En el artículo de abril de 1917 de la revista Electrical Experimenter, reproducido abajo en la íntegra vemos eso. En la época la preocupación mayor era con los choques que ocurrían al tocar en el coche, después de cargado en un día seco. Hoy sabemos que las cargas acumuladas también tienen efectos sobre la salud, causando crisis alérgicas.