Proceso según el cual un dispositivo que tiene sus propiedades afectadas para que haya una reducción en el rendimiento, vuelve a funcionar de forma normal durante algún tiempo. Reactivar los kinescopios, por ejemplo, hace que los televisores analógicos funcionen con una imagen razonable para algunos. Reactivar las baterías ordinarias también extiende su vida útil. Capacitores electrolíticos también se pueden reactivar cuando pierden sus características.