Los tweeters son altavoces destinados a la reproducción de los sonidos de altas frecuencias, es decir, los agudos. Se pueden considerar sonidos agudos o altos, los sonidos que están en el rango de los 5 000 a los 20 000 Hz. En la figura 1 tenemos los dos tipos de tweeters más comunes, encontrados en una gran cantidad de equipos electrónicos de sonido.
Estos tweeters se caracterizan por sus pequeñas dimensiones, cuando se comparan con los altavoces comunes, ya que deben reproducir sonidos de menor longitud de onda. Los tweeters pueden ser dinámicos o piezoeléctricos.
En los dinámicos, tenemos una bobina alrededor de un imán, como en los altavoces comunes. La señal aplicada en la bobina crea un campo que la mueve junto con el cono en el que está presa. En los piezoeléctricos tenemos una cerámica que, al ser excitada por una señal, vibra reproduciendo el sonido. Los tweeters piezoeléctricos poseen un transformador interno que casa la baja impedancia del amplificador con la altísima impedancia de la cerámica.
Los tweeters, como los demás altavoces, son especificados por su impedancia (4 a 32 ohms) y por su potencia. Estos altavoces se utilizan junto con otros altavoces que reproducen los sonidos medios y graves. La separación de las señales para los distintos altavoces se realiza mediante filtros, como se muestra en la figura 2.
En esta figura tenemos un filtro típico que separa medios, graves y agudos, para los tres tipos de altavoces. Observe que en serie con el tweeter usamos un condensador despolarizado (o dos electrolíticos en oposición) que dejan pasar las señales de altas frecuencias (agudos) pero dificultan el paso de las señales de medias y bajas frecuencias que son desviadas hacia los demás altavoces.
Recordamos que la impedancia (en ohmios) no tiene nada que ver con la resistencia óhmica que se encuentra al realizar la prueba de este tipo de componente con el multímetro.